Hace unos meses mi amiga Susana me comentó que a través del blog de una chica catalana, también llamada Susanna, había conocido la situación de un orfanato en Kenya. Me explicó que Susanna coordinaba y llevaba a cabo varios proyectos allí, desde el apadrinamiento de niños hasta otros de más envergadura como la creación de un huerto para su autoabastecimiento o la construcción de aulas para la escuela. Todo desde España y trabajando allí como voluntaria durante el verano.
He de reconocer que después de nuestra conversación investigué un poco el blog, atraída por la idea y con mucha curiosidad: ¿cómo una sola persona era capaz de hacer todas esas cosas?. Así vi que con los fondos que recaudaba o con dinero propio, poco a poco, en unos años, el proyecto había ido creciendo y abarcando no solo a los niños del orfanato sino a muchos otros. Además en el blog se mencionaba el tema del voluntariado, que fue el paso inicial que Susanna dio y mediante el cual “se enamoró”de Africa. Varios voluntarios de diferentes países han ido “pasando” por este orfanato contribuyendo así a mejorar la situación de los niños.
Mi amiga Susana, que es de las personas más emprendedoras y entusiastas que conozco, se implicó muchísimo en este proyecto. De hecho tiene un blog llamado REGALO SOLIDARIO(http://www.regalosolidario.blogspot.com/) en el que vende broches de fieltro y otros detalles que ella misma realiza, y emplea todo el dinero que recauda en los proyectos de FRIENDS OF LIKONI, que es como se llama la asociación que coordina Susanna ( http://orfanatolikoni.blogspot.com/).
Así “las dos Susanas” han entablado una estrecha relación, unidas por una ilusión común y, desde mi punto de vista, por una forma de ser similar, emprendedora, capaz, incansable y solidaria. Ambas han ido “enganchando” a otras muchas personas que se han acercado a sus páginas en Internet y se han puesto en contacto con ellas, e incluso colaborado con diversas actividades, recaudando fondos.
Así fue como yo, contagiada por este entusiasmo, empecé a interesarme por el proyecto, y lo mismo que Susana, me inicié en el apadrinamiento. Las dos comenzamos a dar vueltas a la idea de viajar al orfanato y hacer un voluntariado, aunque con mil dudas al respecto. Ella es profesora, sabe mucho de niños...pero ¿yo?..Por otro lado su trabajo, su familia...las obligaciones diarias muchas veces hacen difícil e incluso imposible realizar un viaje como éste. Tras mucho meditar me decidí a ir en Agosto con otra amiga, Cristina. De alguna manera es como si Susana fuera con nosotras, es gracias a ella que nos hemos visto envueltas en esta “aventura”. Así que cuando me pidió que escribiera un post acerca del tema acepté sin dudarlo. Escribir en este blog es una manera de compartir nuestra experiencia e impresiones con ella y con todas las personas que colaboran con la causa, y dar una visión más cercana de ese lejano lugar.
Tras comprar los billetes de avión, comenzaron los preparativos: maletas, pasaporte, visado.........mil cosas. Además hicimos una pequeña “campaña” en los meses previos al viaje, solicitando colaboración mediante material escolar, sanitario, dinero...la respuesta fue muy buena: Cristina recaudó sobre todo dinero, mediante donaciones y a través de la venta de puntos de libro que ella misma realiza. A mi me dieron material escolar y sanitario, ropa, juguetes...asi que aprovecho para agradecer su colaboración a todos los “implicados”: Elena, Jaime, Mónica, Ascensión, Miguel, Pilar, Esther, Inés, Rosi, Tino..además de varios laboratorios farmacéuticos y una entidad bancaria. Gracias a todos ellos enviamos por correo dos cajas con material y llevamos una maleta cada una con el resto de donaciones. Todo ello se ha repartido entre el orfanato y un pueblo llamado Tsunza en el que Susanna también tiene proyectos.
Después de un largo viaje llegamos a Mombasa. En el aeropuerto nos esperaban Susanna y su marido, William, que nos llevaron hasta el orfanato, en Likoni, y nos informaron acerca del funcionamiento del lugar. Ellos dejaban Kenya al día siguiente, asi que Susanna nos dejo por escrito una serie de recomendaciones y consejos, y las voluntarias que estaban desde hacía dos semanas allí quedaron “ a cargo” de explicarnos todo y ayudarnos, cosa que hicieron de maravilla: Lidia, Laura y Martina fueron nuestra salvación en los primeros días, en los que la adaptación es difícil. Todo es distinto allí: el clima, el idioma, la comida, la moneda...todos saben que eres el voluntario nuevo, pero tu no conoces a nadie aún y estás bastante perdido, con ganas de empezar a hacer cosas pero ¡sin saber muy bien como!.
Una vez te instalas en el orfanato, el voluntariado se puede llevar a cabo de diferentes maneras: Susanna siempre insiste en que cada uno debe hacer lo que pueda, con lo que se sienta cómodo, sin sentirse “obligado” a nada. Nosotras teníamos un presupuesto económico concreto, y de acuerdo con él ella nos sugirió una serie de actividades y proyectos que cubrir, pero siempre teniendo en cuenta nuestro criterio y las necesidades del momento. Los empleados del orfanato y los adolescentes “mayores” que viven allí siempre te facilitan todo, y están pendientes de tus dudas, preguntas y necesidades, y te acompañan si tienes que ir a la ciudad o a cualquier otro sitio. Cada voluntario aporta una cosa, de acuerdo con su personalidad, habilidad con los niños, dominio del ingles, conocimientos..también, no nos vamos a engañar, es muy importante la aportación económica, para cubrir necesidades básicas como la comida, la electricidad, o los estudios de algún niño.
Así aunque nuestra estancia ha sido corta hemos colaborado en unos pocos proyectos ya planeados, en la escuela y el orfanato, y a la vez nos han surgido otros diferentes. A través de la relación que estableces tanto con niños como con adultos, ya sean los trabajadores o los otros voluntarios, vas conociendo poco a poco la situación actual de todos, y también sus perspectivas de futuro. Hemos vuelto más concienciadas de la situación y los problemas del orfanato y las personas que viven en él, y agradecidas por la experiencia, porque en muchos aspectos ellos te aportan más que tu a ellos, y te hacen ser consciente de la situación privilegiada en la que vivimos.
Volvemos muy contentas por la experiencia, y aunque nuestra aportación hasta ahora ha sido muy pequeña, esperamos en el futuro seguir colaborando con todos los proyectos de Friends of Likoni.
He de reconocer que después de nuestra conversación investigué un poco el blog, atraída por la idea y con mucha curiosidad: ¿cómo una sola persona era capaz de hacer todas esas cosas?. Así vi que con los fondos que recaudaba o con dinero propio, poco a poco, en unos años, el proyecto había ido creciendo y abarcando no solo a los niños del orfanato sino a muchos otros. Además en el blog se mencionaba el tema del voluntariado, que fue el paso inicial que Susanna dio y mediante el cual “se enamoró”de Africa. Varios voluntarios de diferentes países han ido “pasando” por este orfanato contribuyendo así a mejorar la situación de los niños.
Mi amiga Susana, que es de las personas más emprendedoras y entusiastas que conozco, se implicó muchísimo en este proyecto. De hecho tiene un blog llamado REGALO SOLIDARIO(http://www.regalosolidario.blogspot.com/) en el que vende broches de fieltro y otros detalles que ella misma realiza, y emplea todo el dinero que recauda en los proyectos de FRIENDS OF LIKONI, que es como se llama la asociación que coordina Susanna ( http://orfanatolikoni.blogspot.com/).
Así “las dos Susanas” han entablado una estrecha relación, unidas por una ilusión común y, desde mi punto de vista, por una forma de ser similar, emprendedora, capaz, incansable y solidaria. Ambas han ido “enganchando” a otras muchas personas que se han acercado a sus páginas en Internet y se han puesto en contacto con ellas, e incluso colaborado con diversas actividades, recaudando fondos.
Así fue como yo, contagiada por este entusiasmo, empecé a interesarme por el proyecto, y lo mismo que Susana, me inicié en el apadrinamiento. Las dos comenzamos a dar vueltas a la idea de viajar al orfanato y hacer un voluntariado, aunque con mil dudas al respecto. Ella es profesora, sabe mucho de niños...pero ¿yo?..Por otro lado su trabajo, su familia...las obligaciones diarias muchas veces hacen difícil e incluso imposible realizar un viaje como éste. Tras mucho meditar me decidí a ir en Agosto con otra amiga, Cristina. De alguna manera es como si Susana fuera con nosotras, es gracias a ella que nos hemos visto envueltas en esta “aventura”. Así que cuando me pidió que escribiera un post acerca del tema acepté sin dudarlo. Escribir en este blog es una manera de compartir nuestra experiencia e impresiones con ella y con todas las personas que colaboran con la causa, y dar una visión más cercana de ese lejano lugar.
Tras comprar los billetes de avión, comenzaron los preparativos: maletas, pasaporte, visado.........mil cosas. Además hicimos una pequeña “campaña” en los meses previos al viaje, solicitando colaboración mediante material escolar, sanitario, dinero...la respuesta fue muy buena: Cristina recaudó sobre todo dinero, mediante donaciones y a través de la venta de puntos de libro que ella misma realiza. A mi me dieron material escolar y sanitario, ropa, juguetes...asi que aprovecho para agradecer su colaboración a todos los “implicados”: Elena, Jaime, Mónica, Ascensión, Miguel, Pilar, Esther, Inés, Rosi, Tino..además de varios laboratorios farmacéuticos y una entidad bancaria. Gracias a todos ellos enviamos por correo dos cajas con material y llevamos una maleta cada una con el resto de donaciones. Todo ello se ha repartido entre el orfanato y un pueblo llamado Tsunza en el que Susanna también tiene proyectos.
Después de un largo viaje llegamos a Mombasa. En el aeropuerto nos esperaban Susanna y su marido, William, que nos llevaron hasta el orfanato, en Likoni, y nos informaron acerca del funcionamiento del lugar. Ellos dejaban Kenya al día siguiente, asi que Susanna nos dejo por escrito una serie de recomendaciones y consejos, y las voluntarias que estaban desde hacía dos semanas allí quedaron “ a cargo” de explicarnos todo y ayudarnos, cosa que hicieron de maravilla: Lidia, Laura y Martina fueron nuestra salvación en los primeros días, en los que la adaptación es difícil. Todo es distinto allí: el clima, el idioma, la comida, la moneda...todos saben que eres el voluntario nuevo, pero tu no conoces a nadie aún y estás bastante perdido, con ganas de empezar a hacer cosas pero ¡sin saber muy bien como!.
Una vez te instalas en el orfanato, el voluntariado se puede llevar a cabo de diferentes maneras: Susanna siempre insiste en que cada uno debe hacer lo que pueda, con lo que se sienta cómodo, sin sentirse “obligado” a nada. Nosotras teníamos un presupuesto económico concreto, y de acuerdo con él ella nos sugirió una serie de actividades y proyectos que cubrir, pero siempre teniendo en cuenta nuestro criterio y las necesidades del momento. Los empleados del orfanato y los adolescentes “mayores” que viven allí siempre te facilitan todo, y están pendientes de tus dudas, preguntas y necesidades, y te acompañan si tienes que ir a la ciudad o a cualquier otro sitio. Cada voluntario aporta una cosa, de acuerdo con su personalidad, habilidad con los niños, dominio del ingles, conocimientos..también, no nos vamos a engañar, es muy importante la aportación económica, para cubrir necesidades básicas como la comida, la electricidad, o los estudios de algún niño.
Así aunque nuestra estancia ha sido corta hemos colaborado en unos pocos proyectos ya planeados, en la escuela y el orfanato, y a la vez nos han surgido otros diferentes. A través de la relación que estableces tanto con niños como con adultos, ya sean los trabajadores o los otros voluntarios, vas conociendo poco a poco la situación actual de todos, y también sus perspectivas de futuro. Hemos vuelto más concienciadas de la situación y los problemas del orfanato y las personas que viven en él, y agradecidas por la experiencia, porque en muchos aspectos ellos te aportan más que tu a ellos, y te hacen ser consciente de la situación privilegiada en la que vivimos.
Volvemos muy contentas por la experiencia, y aunque nuestra aportación hasta ahora ha sido muy pequeña, esperamos en el futuro seguir colaborando con todos los proyectos de Friends of Likoni.
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